José Cano López “CANITO”
Llavorsi (Espanha), 22/04/1956 - 26/11/2000
Plantel 1985/86 (17 jogos, 2 deles incompletos)
LA HISTORIA DE CANITO
Dormía en un banco de cualquier arrabal barcelonés, una botella bajo las traviesas de madera, un abrigo viejo y roído para protegerse del frío de la noche, 3 ó 4 periódicos contra la humedad también para taparse el rostro para que no lo vieran, no tenía nada en los bolsillos, nada para quien años atrás paseaba por las ramblas de Barcelona con un abrigo de astracán, un sombrero borsalino y un par de grandes afganos conducidos por una correa doble de 50 metros.
Aquel hombre vivió siempre en una gran contradicción, empezó a jugar en una peña Barcelonista, pero él era españolista de corazón. Como era más pequeño le redujeron el apellido, y Jose Cano pasó a llamarse "Canito".
Algún técnico avispado y su corazón españolista le alejaron de la peña azulgrana y una tarde mágica debutó en Sarriá. José Cano "Canito" tenía todo, era un atleta y estaba cargado de calidad y técnica, jugaba de central, jugaba de mediocentro y algún día Helenio Herrera le puso contra el Valencia de delantero centro. Jugaba como los grandes, pero un día su destino se cruzó con el dinero y fue traspasado al Barcelona.
Pero cada mañana, cuando bajaba la diagonal cojía el semáforo de la izquierda y solo al llegar a la puerta de Sarriá se daba cuenta de que entrenaba en el Camp Nou, el semáforo de la derecha. Muchos años despues, Lobo Carrasco contaba que debajo de la camiseta de entrenamiento del FC Barcelona,Canito, llevaba la del Espanyol.
Una tarde al final de la temporada 80/81 Canito estaba a punto de ocupar el centro de la defensa del Barsa calentando en la banda en un partido en casa, a la misma hora el Espanyol necesitaba ganar al Hercules para evitar el descenso, el Barsa empató a 1, pero cuando faltaban 6 minutos el paraguayo Morell marcó el gol de la salvación, el publico iluminó entre silbidos el marcador del Camp Nou. Cuando Canito lo vio, saltó alborozado con los brazos abiertos al cielo, celebrando con la camiseta azulgrana el triunfo del equipo de sus amores, dos semanas después recibió la baja del club.
Jugó luego en el Betis y pintaba por las noche en las paredes de Heliopolis,"Retamero, renueva a Canito". Jugó en el Zaragoza, jugó en Os Belenenses pero ya había iniciado el descenso a los infiernos disfrazados de falsos paraísos.
Cocaína y heroína ayudaron a que Jose Cano olvidara que un día fue Canito,un gran futbolista,anduvo por el lado peligroso de la vida y olvidó el camino de vuelta.
Hacia el final del año 2000 cuando iba a cumplir los 45, en la Romareda, el Camp Nou, Heliopolis, el Camp De Sport de Lleida, guardaron un minuto de silencio por el alma de Canito.
En Montjuïc, ese silencio se llenó de lágrimas.
Texto retirado da página do Facebook em 'Homenaje a nuestra historia: José Cano López, "Canito"'
Imagem original retirada de 'L'Espanyol en directe'
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