El presidente de Os Belenenses le regaló un Volkswagen azul. Helenio se tomó la libertad de sugerir que lo hubiese preferido rojo. Consternados, le explicaron que el rojo es el color del Benfica, el odiado adversario lisboeta. Ni que decir tiene que H.H. rectificó y declaró que le encantaba el azul, color de Os Belenenses.
(...) El 14 de junio la junta - donde ya no estaba su protector, el presidente Sánchez Pizjuán, que había fallecido - e declaró en rebeldía y, aun a sabiendas de que el Barcelona estaba a la espera, lo cedió al Os Belenenses de Portugal, ya que tenía contrato en vigor y la Federación Española lo había inhabilitado por un año. La estancia de H. H. en Portugal, uno de los períodos menos estudiados de su vida, fue breve pero exitosa. Nada más llegar se ganó al Benfica, el máximo rival. Aquello hizo subir su prestigio entre los aficionados portugeses, que leían sus colaboraciones en "A Bola" con suma avidez.(...)
(...) En Portugal se encontró con jugadores ultramarinos lusitanos, venidos de Angola y de Mozambique, que eran dos fuentes inagotables de futbolistas de calidad. La figura de Os Belenenses era el negrito Matateu, que había sido máximo goleador del campeonato portugués en 1952-53 y 1954-55. Helenio vivía en una casita, en el mismo campo de Restelo.(...)
(...) El abril se llegó a un acuerdo y Helenio se convirtió en uno de los primeros entrenadores por los que se abonaba traspaso. El Barcelona pagó un millón de pesetas — un dineral entonces — al Sevilla para la cesión de sus derechos sobre Helenio Herrera y para que retirase la denuncia por ‘rebeldía’. Os Belenenses cobró también 200.000 pesetas del Barça y el taquillaje de un amistoso. Pese a que Helenio no acabó la temporada, dejó la marcha de Os Belenenses encauzada de manera que aquella campaña terminó cuarto, detrás del Sporting, Oporto y Benfica.(...)
In "El Mundo Deportivo" de 11, 12 e 13 de Novembro de 1997
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